Cuando oigo el ruido de una bomba o de un avión, me da mucho miedo y corro a escapar y a esconderme debajo de mi cama."
Ahmed, un niño de Douma
Nos acercamos a su quinto año desde que comenzó el conflicto en Siria, la mayor crisis humanitaria de nuestro tiempo. La brutal violencia contra los civiles y la dificultad que existe para hacer llegar ayuda humanitaria, ha forzado
a huir de sus hogares a la mitad de la población, 6,6 millones de personas desplazadas dentro del territorio sirio y otros 4,7 millones de refugiadas que buscan seguridad y asistencia en los países vecinos y, cada vez más, en Europa.
Entre 250.000 y 470.000 personas han muerto, y para los que se quedan dentro del país la situación cada vez es peor. Al menos 250.000 niños y niñas sirios vive bajo asedio, en cárceles al aire libre.
Hay francotiradores que disparan a todo el mundo en la carretera, y minas en el campo. Los puestos de control paran todo lo que entra: alimentos, medicinas, combustible; todo lo que se necesita
para vivir. Paran a la gente que se va, incluso a los niños enfermos que necesitan ayuda médica. Las casas y los colegios están en ruinas debido a los bombardeos. Los niños se mueren de hambre y
los mercados están vacíos. Aunque estemos en el siglo XXI, aquí es como cientos de años atrás. Eso es lo que significa vivir bajo asedio."
Trabajador sirio, enero de 2016
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