Muchas veces el pasado se olvida por indiferencia. Para evitar que esto les ocurra, docentes y voceros de los pueblos indígenas cumanagoto y chaima participaron en un curso de etnohistoria y lingüística, organizado recientemente por el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic) como parte de un proyecto más
amplio de resurgimiento de su identidad.El curso contó con el apoyo de la Asociación Otro Futuro y la Academia Venezolana de la Lengua y en materia lingüística se centró en la toponimia (nombre de lugares), fitonimia (nombre de plantas) y zoonimia (nombre de animales) indígenas.En este caso, los conceptos están asociados a los cumanagotos y chaimas, pertenecientes a la familia lingüística caribe. Sus antepasados, al momento de la conquista (finales del siglo XV y transcurso del siglo XVI), vivían en el Nororiente de Venezuela y se extendían hasta la región centro-norte costera, pero en la actualidad ambos están concentrados en los estados Anzoátegui, Monagas y Sucre."A través del estudio de la toponimia, fitonimia y zoonimia, queremos hacer confluir varias cosas: leyendas, tradiciones, historia y recuperación del antiguo idioma de los cumanagotos y chaimas", explicó el jefe del Centro de Antropología del Ivic y coordinador de la jornada, Horacio Biord Castillo.Hace medio siglo atrás los cumanagotos y chaimas se creían extintos; de hecho, no existen hablantes fluidos de la lengua. Sin embargo, en las últimas décadas han experimentado un proceso conocido como etnogénesis o recuperación de su identidad, a través del rescate de su idioma ancestral, su cultura y memoria histórica."Como parte del compromiso social del Ivic, desde hace varios años les ofrecemos diversas actividades de capacitación y formación a petición de ellos mismos", dijo Biord.Voces en alto Según el último Censo Nacional de Población y Vivienda del año 2011, en
Venezuela hay aproximadamente 21.000 cumanagotos, lo que representa el 2,9% del total de personas que se declararon como indígenas. Chaimas, por su parte, se contabilizaron más de 13.700 personas, equivalentes
al 1.9%.Maritza Solano es descendiente cumanagoto y trabaja como docente en una unidad educativa de El Cigarrón, en el municipio San Juan de Capistrano del estado Anzoátegui. "En el Ivic aprendemos el valor de los indígenas para poderlos ayudar a que no pierdan sus territorios. Además, es muy importante conservar la lengua",
aseguró.Por su parte, Abraham Quiaro coordina el área de Educación Intercultural Bilingüe de la Zona Educativa de Anzoátegui y también se identifica como maestro indígena cumanagoto. Ha asistido a varios encuentros promovidos por el Ivic para "lograr el fortalecimiento de nuestra identidad y cultura ya que es un derecho y deber preservar y conocer nuestras raíces", informó.Conversatorio sobre la historia cultural de los caribe septentrionales, diseño de un proyecto de toponimia, fitonimia y zoonimia indígenas y taller de experiencias lúdicas como herramientas para la conservación, rescate y fortalecimiento del patrimonio cultural y memoria histórica, fueron algunas de las dinámicas.Los facilitadores de las prácticas de entretenimiento fueron la museóloga Zamira Seijas y el cineasta Armando Arce, ambos del Museo "Miguel Otero Silva" de Barcelona (Anzoátegui).Arce -quien es director del Museo del Cine y Arte Audiovisual en Caracas- sostuvo que los principios mitológicos de los
pueblos indígenas no están secuestrados como muchos afirman; al contrario, están vivos, "los que estamos secuestrados somos nosotros". Asimismo, cree que el cine es un juego con el cual se puede aprender
muchísimo, "la diferencia es que es un juego muy serio", dijo.Seijas, entretanto, explicó que el juego tradicional, la literatura, el cine, la danza, las visitas guiadas, las exposiciones y la pintura "sirven para trabajar el rescate del patrimonio. Es fundamental pasar de lo formal a lo lúdico y elevar la creatividad y la imaginación",
insistió.Retomando costumbres de antesPara la funcionaria, el ser humano moderno tiene la memoria dormida en cuanto a los elementos de su propia identidad. "Nos hace falta conseguir esa partida de nacimiento que nos ancle nuevamente en un eslabón de la historia para proyectarnos de una manera más armoniosa y equilibrada con la
naturaleza y eso es posible a través del juego", aclaró.Tomando como referencia trabajos lingüísticos elaborados por misioneros franciscanos en el siglo XVII y con miras a revivir su lengua ancestral desaparecida, los cumanagotos han traducido del castellano la letra del Himno Nacional "Gloria al Bravo Pueblo", el Himno del
estado Anzoátegui y algunas piezas musicales."A veces las comunidades indígenas desconocemos la parte técnica y este taller nos dio el material para desarrollar nuestras comunidades en cuanto a la
toponimia, la fitonimia y la zoonimia", precisó José Taipo, docente cumanagoto del Núcleo Escolar Rural (NER) 371 de Los Potocos, municipio Bolívar del estado Anzoátegui.En las 19 escuelas indígenas
que Taipo tiene a su cargo, hoy en día se imparten los conocimientos básicos sobre la lengua, historia y cultura del pueblo cumanagoto "y la importancia de llevárselo a los niños para que vayan valorando nuestra cultura y puedan usarlo más adelante", dijo.Registros antiguos indican que las comunidades cumanagotas y chaimas fueron objeto de una demarcación de tierras entre los años 1782 y 1784 por orden de la Real Audiencia de Santo Domingo. La validez de esos títulos fue reconocida en 1998 por la Corte Suprema de Justicia.
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