El Programa de Alimentación Escolar se ha visto afectado por las cooperativas que inflan facturas y matrículas en planteles y por el ministro que hace pagos sin control ni soportes; mientras en algunas escuelas se pierde la comida
Jesús Alberto Yajure | ÚN. "Aquí hay días en los que se pierde la comida. Dos y tres cajas llenas de bandejas con almuerzos que se botan a la basura", confiesa una trabajadora en el Liceo Bolivariano Manuel Landaeta Rosales, en Catia. La mujer, que no quiere dar su nombre, describe cómo, en ocasiones, llegan bandejas provenientes del Programa de Alimentación Escolar (PAE) que se quedan frías y deben ser lanzadas a la basura. Pero la pérdida de alimentos en este plantel en Caracas es una parte visible de las fallas de un programa bandera del Gobierno nacional.
El PAE "adolece de fallas en la planificación, supervisión y control interno", apunta un informe publicado hace tres semanas por la Contraloría General de la República (CGR), que inspeccionó, sólo en Distrito Capital, 42 planteles educativos que atienden una población estudiantil de 37 mil 968 estudiantes.
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