Algo
preocupante hoy en día es la crueldad infantil, el modo en que los
niños se molestan entre ellos, ya sea en el colegio con sus compañeros o
en casa con sus hermanos y familiares de su misma edad. Tal vez pocas
personas le den poca importancia a este tema pues lo asocian a la
inmadurez de la edad.
Los
niños siempre dicen la verdad aunque duela, reza un dicho y es muy
cierto, como también es cierto que un niño es el mejor psicólogo pues
sabe y puede llegar a manejar a un adulto con sus engreimientos. Puede
que sea propio de la edad pero si no hay un freno o la debida
orientación el niño puede a llegar a hacer grandes daños psicológicos al
hostigar a otros niños que quedarán marcados para siempre; esto es lo
que conocemos como bullying.
El bullying
empieza con pequeñas burlas hacia el más débil de la clase o hacia
alguien que tiene algún defecto físico o mental y luego se va
convirtiendo en hostigamiento constante hasta bajar la autoestima del
agraviado. Hay muchos casos de adultos que han quedado marcados
fuertemente o en el peor de los casos niños que se han suicidado a causa
de este fenómeno de crueldad infantil.
Quién
no recuerda sus épocas de niño cuando se burlaban del más gordo, del
más flaco, del más narigón, etc. O del que más dificultad tenía para
captar algún curso de la clase. Fácil es decir que hay que aceptarse tal
y como uno es, pero a un niño no le vas a decir eso ya que para él es
importante la aceptación de los demás en su entorno y a veces uno siendo
adulto cuando un hijo o un niño se equivoca le hace ver sus errores
recalcándoselos de una manera errada sin saber cómo esto afectaría su
autoestima.
Muchas
veces los padres tienen la culpa al no prestarles la debida atención a
sus hijos y éstos crecen rebeldes y creen que si en la escuela muestran
otra imagen como la del más fuerte y "respetable" ante todos serán
mejores y humillan y lastiman a sus compañeros de clase, Por ello es muy
importante la comunicación padre-hijo de manera constante y permanente,
inculcándoles el respeto y valoración a los demás y enseñándoles que
nadie es perfecto.
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