El pasado 7 de julio ocurrió un caso tan horrible e injusto que arruinó la vida de una joven de tan solo 18 años de edad. La señora Janett Roxana Valvia Flores, su madre, pide de rodillas que por favor la ayuden económicamente ya que su familia no cuenta con los recursos necesarios para pagar todas las operaciones quirúrgicas, que su hija necesita. Pero por lo que principalmente ruega esta pobre madre es por justicia para la víctima y cárcel para el autor de lo ocurrido.
Ese triste día Karla Indirah Loza Valdivia, una estudiante, iba caminando
por la calle 6 y 7 del barrio Obrajes (La Paz-Bolivia)
cuando de la nada le salió por delante un autobús manejado por el chofer David Orlando Flores Rodas, un conductor irresponsable que manejaba en
estado de ebriedad. En un momento de descontrol el vehículo atropelló y arrastró
a la joven. Al enterarse de lo acontecido la madre fue al lugar de los hechos
con el hermano del denunciado de profesión ABOGADO y
sacó fotos de la escena del crimen donde se veía la sangre de la víctima, pero
en un acto de querer encubrir al victimario, el hermano del mismo agarró el
celular y eliminó las fotos, intento agredir físicamente a Yaneth madre de la víctima.
La madre contó a los periodistas que su
hija tiene hundida ambas partes de la cabeza y que la joven no puede respirar
ni dormir. La victima necesita urgentemente dos platinos en la cabeza. La
primera operación debía llevarse a cabo el 3 de setiembre, pero lastimosamente
no se realizó por la falta de recursos económicos. “Necesito 45 mil bolivianos”
lloraba la señora mientras rogaba arrodillada en el suelo.
Lo más indignante es que David Orlando Flores Rodas jamás se hizo responsable y
continúa en libertad. En un principio los miembros del sindicato de micros “Litoral” manifestaron que se harían cargo de los
gastos médicos, pero no cumplieron su palabra. A parte de esto existen otras
irregularidades dentro del caso, como por ejemplo cuando le realizaron el
alcotest al chofer implicado e hicieron figurar como que no estaba en estado de
ebriedad. En otra ocasión la madre de la víctima pidió ver el cuaderno
investigativo, pero no le permitieron.
Esta desolada señora tiene otros dos
hijos menores, de 9 y 14 años respectivamente, y tristemente su marido está
enfermo. No tiene como pagar tantos gastos; del hospital y la comida para sus
hijos pequeños.
Este crimen cometido en contra de la
joven Carla es un recordatorio de como las personas de escasos recursos siempre
son dejadas de lado, incluso cuando son víctimas de un caso tan grave como este
que arruina sus vidas. Como dijo esta pobre madre arrodillada frente a la
prensa: “¡Lo único que quiero es justicia!”.
Lo que merecen ella y su hija es eso,
justicia.
Desde Fundapden Bolivia nos
solidarizamos con la señora Janett Roxana Valdivia Flores y la acompañaremos a
ella y a su familia en la búsqueda de justicia.
Si el Estado no responde a la urgencia posible
del caso estaremos realizando una campaña mundial, por los derechos humanos de
la familia
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