El 2 de septiembre se cumplen dos años de la trágica historia de Aylan Kurdi, el niño refugiado sirio de tan solo tres años de edad que fue hallado sin vida en las costas turcas. Dos años después, lejos de reducirse el número de muertos en el Mediterráneo y sin ningún tipo de respuesta por parte de la UE para impedirlo, la cifra de niños refugiados ahogados mientras trataban de alcanzar las costas europeas asciende, al menos, a más de 500, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Es por todo ello que hemos querido recrear en la plaza de Colón de Madrid la playa de la vergüenza, una playa con cerca de 500 siluetas (una por cada niño refugiado muerto en el Mediterráneo) para rendir homenaje a las víctimas. En paralelo, compañeros de nuestras sedes en Sevilla, Barcelona, Victoria y Valencia han apoyado el acto.
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