Las mujeres pueden enmascarar los contactos
sexualmente inapropiados a través de actividades tales como bañar, vestir o
dormir con el hijo. Las ofensas sexuales de las mujeres son más incestuosas en
su naturaleza y los niños son más reacios para hablar del abuso cuando el
ofensor es alguien de quien dependen física y emocionalmente.
La mujer pedófila suele
tener una relación directa con la víctima. En un estudio realizado a 60
reclusas del estado de Georgia (EEUU) se muestra que la mayoría de las
abusadoras sexuales son las madres biológicas o las cuidadoras de sus víctimas,
aunque algunas mujeres maestras han sido inculpadas por haber tenido relaciones
sexuales con un alumno.
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