COLOMBIA: Denuncian abuso de menor en colegio de educación especial

Los días para Mayra Bernate, de 27 años, han sido una pesadilla desde que recibió una llamada de su exesposo. “Dijo que teníamos que ir urgente al colegio de mi hija, la Corporación Educativa Cane, en Cota. La habían encontrado en compañía de otro niño en un salón de clases; tenía sus prendas íntimas abajo. Mi nena solo tiene nueve añitos y un retraso del aprendizaje y del lenguaje”.
Eso pasó el 2 marzo a las 2 de la tarde, cinco horas después de que habían sucedido los hechos. Esta joven madre se descompuso, su jefe tuvo que acompañarla. “Cuando llegué vi a mi pequeña en el salón como si no hubiera pasado nada”.
Luego, en una reunión en la sala de juntas, la rectora del colegio, Rosa Prada, le dijo que todo había pasado en la hora del recreo y que una profesora que hacía la ronda del colegio se percató de la situación. “Dijo que mi hija estaba con un niño de 9 años con síndrome de Down, qué él tenía puesta su ropa y que no había pasado nada grave. Ni siquiera me explicaron por qué me habían llamado hasta las dos de la tarde y por qué los niños no estaban vigilados como corresponde por su situación física y metal. Para eso pagamos”, dijo Mayra.
Ni siquiera el psicólogo del colegio estaba presente cuando la madre de familia llegó al plantel. “A mi hija la encontraron llorando. Lo único que me dijeron fue que el otro niño tenía antecedentes de comportamientos agresivos y que por eso se habían comunicado con su mamá, quien nunca ha tenido ni el más mínimo contacto conmigo”.
La Policía de Cota, que fue alertada ese día por los padres de la menor, nunca llegó a la institución. Entonces, ellos se fueron con la niña a la clínica Corpas. Allí también les tocó contar todo lo sucedido, por lo que se activó el código blanco ante la sospecha de un abuso sexual. “Eso fue como a las cinco de la tarde. Le tomaron los signos vitales, la vio un médico pediatra, pero lo peor fue cuando llevé a la niña al baño. Me di cuenta que estaba sangrando. El alma se me hizo pedazos. No duermo pensando en qué le pasó”.
La ginecóloga llegó hasta las 9 de la noche pero por las condiciones de la niña fue imposible hacerle el examen. “Me dijeron que debían anestesiarla. Yo los autoricé, necesitaba saber qué le había pasado. Los médicos dijeron que la niña estaba lastimada”.
Tiempo después llegó la Policía de Infancia y Adolescencia, que le aseguró a Mayra que en todo el proceso la iba a asistir un defensor de familia. “Nunca apareció”, dijo Mayra.
Solo hasta las 10 de la mañana del día siguiente hubo un anestesiólogo disponible para hacer el procedimiento y darle paso al examen ginecológico. “Me lo confirmaron; sí había sido abusada. La niña quedó hospitalizada hasta el miércoles 4 de marzo”.
En la sede de Suba del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), la atención fue eterna y solo sirvió para que le dijeran a la madre de familia que con esa información se abría una carpeta y que ellos le avisaban cuando hablaran con el colegio. “Me advirtieron que si queríamos terapia con un psicólogo debíamos esperar dos meses”. Hoy, con los exámenes de Medicina Legal y una denuncia en la Fiscalía contra el colegio, los padres de la niña no saben qué fue lo que sucedió ese día. “Mi niña está triste. Ya no sería capaz de volverla a dejar en un colegio. Me siento sola, sin el apoyo de alguna institución”.
‘Pido perdón’
Rosa Prada, rectora del colegio Corporación Educativa Cane, le dijo a EL TIEMPO que trabaja hace 32 años con estudiantes en situación de discapacidad cognitiva. Explicó que ese día lo normal era que los niños tomaran su descanso, no sin antes sacar la lonchera para consumir los alimentos. “La docente a cargo me dijo que los salones estaban desocupados.
No sabemos en qué momento los niños entraron solos al salón; fue en cuestión de segundos, un descuido mínimo”.
Agregó que cuando se percataron del asunto actuaron de forma inmediata y que la madre de niño implicado entró a terapia con el psicólogo. “Ella casualmente estaba ese día en el colegio. Hablamos sobre los problemas de comportamiento del menor, que tiene síndrome de Down. Su mamá estaba preocupada. Mientras eso pasaba tranquilizamos a la niña y ella siguió con su rutina”.

La rectora de la institución acepta que cometió un error al solo comunicarse con uno de los teléfonos que estaba registrado en la agenda de contactos. “Yo llamé en repetidas ocasiones al papá de la niña pero no me contestó, luego encontré el teléfono de la mamá y la llamé. Fuimos cuidadosos de no tocar a la niña, solo de tranquilizarla”.
La rectora de la institución dice que ya puso los hechos en conocimiento de la Comisaría de Familia de Cota así como en la oficina del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar de Suba. “El dolor de esa mamá debe ser terrible. Le quiero pedir perdón, fue un descuido mínimo”.
Pese a las versiones de ambas partes, expuestas anteriormente, será una investigación formal por parte de la Fiscalía la que determine qué responsabilidad tiene cada una de las partes en este suceso.
Casos en Colombia
Según el Instituto Nacional de Medicina Legal, en lo que ha corrido del año se han realizado un total de 41 exámenes médico legales por presunto delito sexual en centros educativos, entre enero y febrero de 2015. En ese mismo lapso, la institución ha registrado que en 23 de los casos el agresor ha sido el profesor y en 12 casos un compañero de estudio.
Por hechos como estos pero en Bogotá la Secretaría de Educación (SED), en el marco de su estrategia de Respuesta Integral de Orientación Escolar (RIO), implementó el sistema de alertas tempranas, una herramienta tecnológica que permite a los colegios públicos de Bogotá reportar casos de abuso sexual. No se sabe qué mecanismos se activan en los colegios privados ni en las instituciones de educación especial, tampoco quién vigila que los colegios sepan cómo actuar en estos casos.
La SED avanzó en este sentido, primero, identificando a la víctima y, luego, dando inicio a todo un trabajo de orientación escolar a cargo de 26 profesionales distribuidos en nueve unidades, cuya tarea es brindar el respectivo acompañamiento.
Gracias a esto, la entidad pudo recibir 318 alertas en 2014 y en lo que ha transcurrido este año, se han identificado 53 alertas de violencia sexual que involucran desde insinuaciones y tocamientos hasta casos de acceso carnal violento.
Cabe aclarar que no todas ocurrieron en el colegio pero sí fueron dadas a conocer gracias a este sistema. Las denuncias se notificaron por los mismos colegios a través de una página web en la que pueden informar, además, situaciones de accidentalidad, conducta suicida, necesidades educativas transitorias, consumo de sustancias psicoactivas, gestación en adolescentes y deserción escolar. “Así georeferenciamos el problema para establecer acciones para mitigar las problemáticas”, dijo Ariel 
Ávila, investigador de la SED.

Redactora de EL TIEMPO
http://www.eltiempo.com/bogota/denuncian-abuso-de-menor-con-sindrome-de-down-en-su-colegio/15394537

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