Con profunda preocupación escribo estas líneas que hubiese
preferido no tener que escribir, pero las circunstancias en que se
desenvuelve la vida institucional en la Universidad Politécnica Territorial del
estado Lara me obligan, por compromiso moral y convicción ética. La UPTAEB es
una de las universidades territoriales creadas gracias a la políticas que
para la educación universitaria concibió el Comandante Chávez, que
en principio comenzó resolviendo la enorme deuda con los excluidos del sistema
universitario, atendiendo el problema del ingreso y luego creando nuevas
universidades que servirían para dar respuesta, no solo a la inclusión de
los aspirantes al sistema universitario, sino también para impulsar un nuevo
modelo de universidad consustanciado con la política educativa
humanista, popular democrática, participativa, incluyente y de
calidad como lo exige la revolución bolivariana. Por el año 2007 escribimos
junto a otros compañero profesores, en nuestra acción académica institucional,
algunas reflexiones sobre como seguía prevaleciendo, en el entonces Instituto
Universitario de Tecnología Andrés Eloy Blanco IUETAEB el anquilosado
pensamiento fragmentario que en lo académico - administrativo contrariaba las
transformaciones democráticas necesarias, pero eso sirvió más bien para que se
nos señalara de conspiradores contra las autoridades y comenzara entonces la
sistemática persecución que aún persiste, pues todo se mide con la vara del
interés político grupal y no con la altura de la exigencia del debate
entre universitarios. En días pasados leí un artículo de un
Profesor amigo de la UPEL-IPB, donde en sus reflexiones sobre la Universidad se
pregunta, cito: “¿Por qué en las universidades
de nuevo tipo, como las tecnológicas territoriales son tales los desajustes
entre lo viejo y lo nuevo que muchas veces y según testimonios, el cuerpo
gerencial aún desarrolla las viejas prácticas del amiguismo, favoritismo y la
persecución de quienes no piensen como ellos? ¿Qué pasa con la calidad de la
educación en las universidades experimentales de nuevo tipo?”, «espero no
vayan a acusarlo, de conspirar conmigo por referirme a sus escritos» ,pero debo
decir que esas preguntas no las seguimos haciendo permanentemente y aclaro de
una vez, no es que en la UPTAEB nada sirva ,todo lo contrario hay un
valioso talento humano como nos llama la “gerencia moderna”, pero
lamentablemente no se valora ,no importa irrespetar el trabajo de los
profesores, empleados administrativos u obreros si hay algún interés politiquero
de los grupos de poder siempre prevalece. Vale la pena tener presente las
ideas del gigante Hugo Chávez cuando se refería a la eficiencia en
el gobierno, cito: El Che Guevara lo dijo de esta manera: “Una Revolución
no puede estar reñida con la eficiencia”. Y aquí se requiere mucho método,
mucha planificación. Hasta el más pequeño detalle hay que preconcebirlo… un
revolucionario tiene que ser autocrítico, transformador…no podemos permitir que
las cosas que no funcionan como deberían funcionar sigan así, aun cuando las
resistencias sean muy fuertes, aun cuando sea muy difícil cambiar las
costumbres. (Discurso del presidente Hugo Chávez consejo de Ministros ampliado,
Estado Guárico 19 de septiembre de 2009). En este sentido debemos preguntarnos:
¿acaso el gobierno universitario es independiente del Estado Docente? ¿Cómo se
entiende la autonomía universitaria en la UPTAEB?, recordemos que fue también
Hugo Chávez quien le otorgo rango constitucional a la autonomía Universitaria,
pero ¿para qué?, precisamente para impedir, que en el seno de las Universidades
se cometieran los desmanes y atropellos que ocurrían en la cuarta
república, para que se dieran sus propias normas de funcionamiento y
administración patrimonial, bajo la supervisión del estado y la garantía de
inviolabilidad del recinto universitario .Al respecto tomamos algunas ideas
expuestas por Fuenmayor Arocha profesor de la Facultad de Ingeniería de la ULA,
con quien no compartimos su postura política, pero consideramos valiosas sus
planteamientos sobre el tema de la autonomía universitaria, refiere que:
Autonomía significa “capacidad para gobernarse”. No significa
simplemente “gobernarse”, es también cualidad para gobernarse .además “es
la capacidad que tiene una institución para gobernarse de una manera tal que
realice del mejor modo posible su misión institucional” “la universidad
nacional no existe para prestarle un servicio exclusivo al grupo de personas
que en un momento dado actúan en su interior… por el contrario, la razón de ser
de la universidad nacional radica en el servicio que le presta a la sociedad (y
a la humanidad)”. En el Caso de la UPTAEB preguntémonos en sentido lógico ¿es
facultad del Consejo Directivo Universitario ejercer el cogobierno y la máxima
autoridad académica administrativa? Si el Consejo Directivo Universitario no
ejerce su facultad? ¿Hay entonces cogobierno y autoridad? Al parecer en la
gestión anterior que yo he llamado los siete años de oscurantismo académico
incluyendo la transición del IUETAEB a la UPTAEB se inauguró la práctica
de delegar la autoridad a otros agentes paragubernamentales, llamados inclusive
por la Rectora de entonces como su Brazo político, con ello se institucionalizó
la violencia, el irrespeto, la impunidad y el caos como herramienta de control,
de algunas dependencias académicas –administrativas. Además se elaboró un
reglamento interno inconsulto a imagen y semejanza de las necesidades de los
directivos que todos aceptamos pues ha sido nuestra conducta siempre de respeto
por la norma institucional y por eso hoy exigimos su cumplimiento. Pero la
angustia del presente es porque la gestión de la rectora actual, es la
continuidad de la anterior, no solamente por el hecho de que varios
de los miembros del cogobierno formaron parte de la misma, también porque
se han profundizado el accionar anti universitario, el personalismo y lo más
grave, se utiliza el reglamento para establecer un paralelismo entre las
atribuciones del consejo directivo universitario, los jefes de las direcciones,
invitados permanentes al Consejo Directivo Universitario y las unidades
de apoyo y asesoría del rectorado. En fin no se sabe quien ejerce el gobierno y
la autoridad, por ejemplo vemos actos como la programación para celebrar el
aniversario de la Universidad refrendado por un llamado frente “político” y no
por el consejo directivo universitario o por la rectora en todo caso. Pero lo
más grave es la impunidad en que se incurre cuando no se aplica el reglamento
en clara inobservancia de la norma y hasta de la carta magna para
favorecer algunos intereses particulares. Todos en la UPTAEB fuimos testigos de
la convocatoria institucional para decidir sobre un derecho constitucional como
es la inviolabilidad del recinto universitario que es irrenunciable y que como
tal, no puede reformarse desde una normativa interna, además del significado
histórico que tiene como principio de las luchas universitarias en Venezuela
sobre todo las luchas de las izquierda en las décadas de 1970,1980 y
1990.Seguramente no faltara quien nieguen lo anterior, pero la convocatoria fue
publica, por la página web oficial y se puede evidenciar hasta en la pregunta
que se redactó para la consulta. Pero como en la UPTAEB, a decir del reconocido
periodista Walter Martínez, operan dos escenarios: el de la realidad y el
mediático, por no decir propagandístico y promocional, todo se presenta como se
quiere promover y si alguien se opone o intenta esclarecer, allí viene
entonces el accionar parauniversitario a intimidar. El otro mecanismo consiste
en usar el verbalismo para como en los cuentos fantásticos convertir lo
imposible en lo posible y negar la realidad. Por eso decimos que el
irrespeto y la impunidad se han institucionalizado
Manifestaciones del
Irrespeto y la Impunidad
1.-La falta de autoridad en el ejercicio del cogobierno
universitario no da garantía a los miembros de la comunidad de la UPTAEB sobre
el cumplimiento de las disposiciones legales y el funcionamiento
académico-administrativo
2.- Se institucionaliza la violencia cuando la máxima autoridad
de la Universidad no ejerce sus atribuciones permitiendo que desde algunas
dependencias académico-administrativas se propicie y apoye la violencia verbal
de género, el hostigamiento. La difamación y la descalificación profesional.
Tal como ocurre en el Departamento del PNF en Turismo, donde fui sometida a
esta situación descrita, por parte de un docente contratado por primera vez,
quien además estuvo apoyado bajo la mirada benévola de la jefe de departamento.
3.-La ausencia de respuesta institucional ante la denuncia
al Consejo Directivo, habiendo cumplido los procedimientos y lapsos
administrativos. Así como la desestimación al pretender darle un tratamiento
informal por vía verbal al caso, sin argumentos lógicos, por
ejemplo: manifestar que: “las comunicaciones dirigidas a un miembro del
Consejo Directivo se extraviaron cuando consta en el registro su firma de
recibido o que desconocen el contenido de las comunicaciones, porque la rectora
no informó a los demás miembros.”
4.- El silencio administrativo, como mecanismo para
desestimar y no atender oportunamente los hechos, forzándome a proceder
por la vía jurídica externa en procura de mi resguardo personal, en vista de la
desatención e inobservancia por parte del Consejo Directo, la Unidad de Formación
Académica y La jefatura del Departamento.
5.- El irrespeto al desarrollo de la carrera
profesional, la jerarquía académica, la estabilidad laboral y al perfil
profesional, como mecanismos de coerción y retaliación, por asumir posiciones
críticas y objetivas ante los procedimientos académicos-administrativos,
por ejemplo: el retardo por tres años del ascenso académico, la imposición de
personal académico de menor jerarquía y sin las condiciones académicas para
ejercer cargos o coordinaciones, según lo exigido por la norma, el privilegiar
por razones extra-académicas a docentes de reciente ingreso e inclusive
contratados en perjuicio de docentes fijos con años de servicio y
reconocido desempeño laboral, como en el caso del Departamento de Turismo, donde
se favorece a un docente reincidente en la conducta de: hostigamiento,
violencia verbal y difamación; contrariando inclusive el mandato
constitucional de reconocida moralidad e idoneidad académica
comprobada para el ejercicio de la docencia.
6.- La Discriminación sistemática y permanente en el
ambiente de trabajo, de tipo: académicas, laborales e ideológicas. Tal es
el caso de la contratación de docentes con instrucciones precisas, inclusive
con un listado de los profesores adscritos, para accionar en determinados
departamentos, en contra o a favor de acuerdo a la calificación ideológica.
También entorpecer los procesos para la prosecución de los trabajos de
ascensos, la desincorporación sin justificación alguna de las funciones en
coordinaciones contrariando, la designación hecha por una instancia
superior. El manejo de información contradictoria para desinformar y
generar confusión, intranquilidad y malestar en el ambiente de trabajo.
7.- El acoso laboral y la imposición de la carga académica,
con horarios de trabajo los fines de semana, incluyendo los domingos, en
flagrante violación a la Ley Orgánica del Trabajo de los
Trabajadores y la Trabajadoras y la I Convención Colectiva
Única de trabajadores del Sector Universitario.
Todo lo expuesto anteriormente, permite
reflexionar sobre lo que, en los últimos días hemos escuchado decir, que
no es posible la justicia con impunidad, en este caso es válido decir también,
no es posible construir una universidad democrática y participativa que
contribuya con la práctica de una ética socialista, desvalorizando y
desvirtuando lo humano, como finalidad esencial, protegiendo los actos que
promueven antivalores como la: intolerancia, violencia,
individualismo, injusticia, insolidaridad, irrespeto, e
irresponsabilidad. ¿Cuál es el norte entonces de la UPTAEB? ¿Están sus
autoridades a la altura de conducir la universidad, para que todos podamos
contribuir en el desarrollo del Plan Económico y Social de la Nación? ¿Tendrán
la capacidad para devolverle a la UPTAEB las condiciones de justicia para
la convivencia en paz?
Prof.(Mgs) María Carolina Aldana Díaz
Docente Ordinaria Adscrita al Departamento de
Turismo
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