Los padres y representantes
que tienen
niños para ingresar a preescolar, primer grado,
primer
año de bachillerato o los que llegan como
nuevos ingresos, tienen
que efectuar una especie de rally
por los cupos para lograr, casi con nueve
meses de
anticipación, que los muchachos estén ubicados
para
el siguiente año escolar. Aunque el calendario
oficial emitido por
el Ministerio de Educación
estipula que el período de
inscripción de
nuevos estudiantes debe ser durante la
última
quincena de julio, las caras largas de los
papás revelan lo tarde
que llegan si esperan hasta
esa fecha para inscribir a sus hijos.
Las estadísticas muestran una
relación
equilibrada entre la oferta de
educación primaria y la demanda de
esa
población, pero uno de los problemas es que las
instituciones
con niveles completos de prosecución
son insuficientes para los
núcleos urbanos donde
están ubicadas, afirma .la
educación inicial (maternal y preescolar)
sí se enfrenta una
oferta mucho más baja que
la demanda: "En estos niveles
también es
engorroso para los padres, a lo cual hay que sumar que
las
escuelas no están cerca de los lugares donde viven y
los padres
migran a otras zonas para buscar cupos".
La
ministra de Educación,
Maryann Hanson, aseguró que el sistema
oficial tiene
capacidad para atender a la población estudiantil
que
demanda ingreso y advirtió: "Está
totalmente prohibido
cualquier tipo de evaluación.
Las pruebas de ingreso en las escuelas
son ilegales".
Hanson señala que han detectado colegios
privados que
inflan la matrícula para luego poder exigirles a
los
padres condiciones de ingreso: "Estamos en un
proceso de sincerar el
registro de cada institución y
constatar que en realidad no tengan
cupos
disponibles".
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