La muerte de
Dieguito -adolescente infractor de 12
años hallado
muerto debajo del puente Angosturita, estado
Bolívar-
desempolva un viejo debate sobre los derechos de los
menores
de edad y las condiciones de comunidades, muchas veces,
sin
espacios de encuentro, recreación y
atención para los
niños, niñas y
adolescentes. “Los niños de 10 a
13 años
no tienen espacios en sus comunidades, cuando no hay
clases,
tienen mucho tiempo libre, tiempo ocioso que usan en
cosas indebidas, pero
al querer salir no saben a
dónde llevarlos, porque en el estado no
hay sitios
para atender a los dieguito”, afirma Luisa
Pernalete,
coordinadora de Educación para la Paz
de Fe y
Alegría.
Se
refiere a la falta de
instituciones para ayudar a los
niños, niñas y adolescentes
en
situación de riesgo, porque la realidad
socioeconómica de
sus familias impide una
óptima orientación y educación
en
valores. Aunque existe el interés por el muchacho,
los padres no
pueden estar las 24 horas
vigilándolos.
Prioridad
absoluta. El artículo 7
de la Ley
Orgánica para la Protección
del
Niño, Niña y Adolescente (Lopnna)
establece que los
niños son prioridad absoluta para
el Estado. Sin embargo, casos como
el de Diego, son ejemplo
del incumplimiento de la norma. La educadora
señala
que, entre esas prioridades debe estar la creación
de
programas, que permitan el desarrollo saludable
de niños,
niñas y adolescentes en sus
comunidades. Es necesario construir
espacios para ejecutar
dichos planes, así como la
construcción de
más planteles educativos, de primaria y
secundaria,
sobre todo éste último, porque existe un
gran
déficit de liceos en los sectores
populares.
(Correo del
Caroní
(Bolívar), Edición
Digital, 26/02 - Diogelis
Pocaterra)
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