¿Están abusando sexualmente de tu hij@? Conoce las señales

El abuso infantil es un acto que marca para siempre la vida del niño o niña que los padecen y atenta de forma  muy destructora contra los derechos que tienen a vivir en ambientes de paz, seguridad y felicidad . 

Lamentablemente este es obra generalmente de personas que deberían cuidar del desarrollo integral y proporcionarles seguridad y respeto total. Los padres o maestros, tíos, o amigos de los padres.
El abuso sexual es definido como cualquier actividad sexual entre dos o más personas sin consentimiento. El abuso sexual puede producirse entre adultos, de un adulto a un menor —abuso sexual infantil— o incluso entre menores.
El abuso infantil puede ser  físico, emocional, sexual o por negligencia.
Como actividad sexual se incluye:
- Cualquier tipo de penetración de órganos genitales en contra de la voluntad, o aprovechando la incapacidad de un menor para comprender ciertos actos. También se incluye el inducir u obligar a tocar los órganos genitales del abusador.
- Cualquier acción que incite al menor a escuchar o presenciar contenido sexual impropio (observar al adulto desnudo o mientras mantiene relaciones sexuales con otras personas, ver material pornográfico o asistir a conversaciones de contenido sexual, por ejemplo).
Todos los padres y adultos que cuidan de los niños y niñas deben aprender cuáles pueden ser posibles señales de abuso, confirmar las sospechas y denunciar a quien sea el abusador o abusadora.
Es de suma importancia tomar en cuenta las conductas de las niñas o niños, hacer caso cuando comenten algo que les está sucediendo y darles toda la confianza para que puedan hablar de su abusador y lo que les hace, porque con mucha frecuencia el problema empeora porque los padres u otras personas adultas, no creen en lo que dicen y esto los deja a merced de su victimario.
¡Stop It Now! desarrolló unas señales de alarma y consejos de advertencia  para ayudar a identificar las posibles señales de alarma. Es conveniente señalar que la existencia de una de estas señales no significa que un niño haya sido víctima de abuso sexual, pero la presencia de varias sugiere que se debería de investigar, empezar a hacer preguntas al niño o niña, nunca echarles la culpa de su abuso y considerar el pedir ayuda en caso necesario.
Entre las señales de alarma que pudieran presentarse ante un abuso en un niño, niña o adolescente están los siguientes:
- Tiene pesadillas u otros problemas para dormir sin ninguna explicación.
- Parece distraído o distante en diferentes momentos.
- Presenta un cambio repentino en sus hábitos alimenticios.
- Se rehúsa a comer.
- Pierde o aumenta radicalmente su apetito.
- Tiene problemas para tragar.
- Presenta cambios repentinos en su estado de ánimo: furia, miedo, inseguridad o retraimiento
- Da “señales” que dan pie a iniciar una conversación sobre temas sexuales.
- Desarrolla un miedo inusual o nuevo en relación con ciertos lugares o personas.
- Se rehúsa a hablar acerca de un secreto compartido con un adulto o niño mayor.
- Escribe, dibuja, juega o sueña con imágenes atemorizantes o sexuales.
- Habla de un nuevo amigo mayor.
- De repente, tiene dinero, juguetes u otros regalos sin motivo alguno.
- Piensa que es repulsivo(a), sucio(a) o malo(a), o considera que su cuerpo lo es.
- Exhibe conocimiento, lenguaje o comportamientos sexuales semejantes a los de un adulto.
Todas las señales de advertencia que se indican anteriormente son indicadores generales de abuso sexual en niños. De hecho, muchos niños no revelan lo que pasó, por miedo,  pena o amenazas recibidas, depende de los adultos atentos que reconozcan las señales.
Sin embargo, si sospecha que un niño o niña ha sido víctima de abuso sexual al ver estos indicios o si él o ella alude un abuso o revela directamente un abuso sexual, busque ayuda legal y sicológica de inmediato.
Comportamientos que se encuentran con más frecuencia en en adolescentes:  
- Se autolastima haciéndose cortes o quemaduras.
- Descuida su higiene personal y presentación.
- Empieza a usar o abusar drogas y alcohol
- Empieza a tener relaciones sexuales con varias parejas.
- Huye del hogar
- Siente depresión o ansiedad
- Intenta suicidarse.
- Manifiesta miedo a la intimidad o a la cercanía de personas.
- Evita comer o come compulsivamente.
Los niños que son abusados, cuando son adultos manifiestan diversas reacciones que los sobrevivientes de violación y agresión sexual pueden experimentar.
Para eventos traumáticos en general, es importante darse cuenta de que no existe un patrón “estándar” de reacción al estrés extremo provocado por experiencias traumáticas. Algunas personas responden inmediatamente, mientras que otras tienen reacciones retardadas que aparecen, con frecuencia, meses o, incluso, años después.
Algunas personas que han sufrido un trauma se sienten con energías inicialmente para asumir el reto de enfrentar la situación, para luego sentirse desanimadas o deprimidas. El impacto del abuso sexual varía de persona a persona y puede ocurrir en varios niveles, física, emocional y mentalmente.
Los sobrevivientes pueden experimentar algunas de las siguientes respuestas:
- Respuestas de miedo ante los recuerdos de la agresión
- Sensación de ansiedad dominante, preguntándose si es posible que alguna vez se vuelva a sentir seguro(a)
- Volver a experimentar la agresión una y otra vez a través de recuerdos del pasado
- Problemas para concentrarse y mantenerse centrado(a) en la tarea en cuestión
- Sentimientos de culpa
- Desarrollar un autoestima negativo, sentimiento de “suciedad” por dentro y por fuera
- Enojo
- Depresión
- Problemas con las relaciones íntimas
- Pérdida de interés en el sexo
Pero también hay señales que pueden delatar a quien  está abusando sexualmente de un niño como:
- Incomodar a otros al ignorar los límites físicos, emocionales o sociales.
- Rehusar a permitir que un niño o niña establezca sus propios límites; utilizar lenguaje denigrante o burlarse para impedir que un niño establezca un límite.
- Insistir en abrazar, tocar, besar, hacer cosquillas, jugar a las luchas o coger entre sus brazos a un niño o niña incluso cuando este no quiere esta atención o contacto físico.
- Recurrir a un niño para obtener un consuelo físico o emocional al compartir actividades o información privada o personal que, por lo general, se comparten con adultos.
- Con frecuencia destacar imágenes sexuales o contar chistes sugestivos o inadecuados con niños presentes.
- Exponer a un niño a las interacciones sexuales de los adultos sin preocupación evidente.
- Tener interacciones secretas con adolescentes o niños (por ej., juegos, compartir drogas, alcohol o material sexual) o pasar demasiado tiempo enviando correos electrónicos, mensajes de texto o llamando por teléfono a niños o jóvenes.
- Estar demasiado interesado en la sexualidad de un niño o adolescente en particular (por ej., hablar en reiteradas ocasiones sobre el desarrollo del cuerpo de un niño o niña, o interferir con las citas normales de los adolescentes).
- Organizarse o insistir en pasar cantidades inusuales de tiempo ininterrumpido junto a un niño o niña.
- Aparentar ser “demasiado bueno para ser verdad” como cuidar con frecuencia y de manera gratuita a diferentes niños, llevar a niños a excursiones especiales o lugares secretos sin otros adultos, comprar regalos o dar dinero a niños sin ningún motivo aparente).
- Ingresar con frecuencia a los baños que están siendo utilizados por niños/adolescentes.
- Permitir en muchas ocasiones que niños o adolescentes no sean castigados por sus comportamientos inapropiados.
En caso de sospecha o detectar abuso de cualquier forma, pero en especial el sexual en alguna hija o hijo, se recomienda denunciar, para lo que existen diversas dependencias

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