DÍA UNIVERSAL DE LOS DERECHOS DEL NIÑO NINGÚN NIÑO SIRIO SIN IR AL COLEGIO

Este domingo 20 de noviembre, con motivo del Día Universal de los Derechos del Niño, queremos denunciar la situación de 2,7 millones de niños sirios que están fuera de las aulas y ven vulnerado uno de sus derechos más fundamentales: el derecho a la educación.
La situación dentro de Siria es alarmante. Las últimas armas explosivas usadas por las partes en conflicto, incluyendo las bombas de racimo, han matado a centenares de niños. Los niños en Alepo ya no están seguros ni en sótanos ni en refugios subterráneos por el uso de las bombas antibúnker. Estos nuevos misiles impiden que los menores puedan seguir con su educación ya que los colegios establecidos bajo tierra ya no son seguros. Este tipo de bombas son capaces de no detonarse cuando perforan el suelo y estallan una vez que llegan a los cuatro o cinco metros de profundidad.
Fuera de Siria la situación no es mucho mejor. Según los últimos datos de julio de 2016, 1,6 millones de niños sirios viven en alguno de los 5 países que mayoritariamente están acogiendo a los refugiados de la guerra. El 52% de los sirios en edad escolar que viven en Turquía, Líbano, Jordania, Iraq y Egipto no van al colegio. También hemos detectado un aumento cada vez mayor de niños que son explotados en el mercado laboral, tanto en Siria como en los países donde buscan refugio, ya que los niños deben contribuir a la economía familiar en un contexto de supervivencia.
Para denunciar esta realidad y exigir el respeto a los derechos de los niños, especialmente del derecho a la educación, hemos puesto en la Puerta de Alcalá de Madrid una instalación que pretende sensibilizar sobre la situación de los colegios en Siria. Los ciudadanos que se acerquen verán que no es posible estudiar en un entorno de escombros, pupitres y pizarras destruidas. 2,7 millones de niños sirios quieren ir al colegio pero no pueden, ya que todas las infraestructuras educativas están destruídas y el riesgo de bombas es alarmante dentro de Siria. Son niños y niñas que ven vulnerado un derecho de presente pero, sobre todo, de futuro pues la educación es el mejor garante para escapar de la pobreza.
Dos niños sirios sentados en sus pupitres en un colegio completamente destruido como resultado de los continuos ataques a colegios en el conflicto sirio. Este escenario que hemos recreado hoy en la Puerta de Alcalá de Madrid, es la realidad de millones de niños en Siria que han perdido su derecho a la educación por culpa de la guerra. Los protagonistas de la escena son Lawrence y Haydi, dos hermanos de 7 y 4 años respectivamente. Su familia huyó de Siria en 2013 buscando un futuro mejor en nuestro país, pero su mala situación económica ha obligado a su padre a volver a Damasco para trabajar. 

2,7 MILLONES DE NIÑOS SIRIOS NO VAN AL COLEGIO

2,7 millones de niños y niñas, una cifra que aumenta debido a los menores que, cada vez más, se ven forzados a trabajar, tanto dentro como fuera de su país. A medida que la situación económica de las familias empeora y los bombardeos se recrudecen, también lo hace esta cifra. Los niños y las niñas ya no están "presentes" cuando les llaman en las aulas.
En los últimos cuatro años se han producido más de 4.000 ataques sobre colegios, desde bombardeos y fuego de artillería contra los edificios hasta grupos armados que han tomado colegios para convertirlos en bases militares, centros de detención o cámaras de tortura.  La ONU calcula que uno de cada cuatro colegios ha sido atacado en Siria. La escolarización, cercana al 100% en muchas zonas antes de la guerra, se ha desplomado y actualmente hay más de dos millones y medio de niños sirios que no van al colegio. En unos pocos años se han anulado décadas de progreso educativo.
Ir al colegio no es sencillo en Siria. Muchas de estas escuelas han sido bombardeadas o no es seguro ir a clase. Los grupos armados campan a sus anchas en las aulas y utilizan un armamento cada vez más peligroso para eliminar al contrario. Para nosotros no es una cuestión de bandos sino de respeto a los civiles y en concreto a los niños que ahí viven. Ellos no son el objetivo. Es intolerable que los niños sirios estén sufriendo las consecuencias devastadoras de esta guerra que tiene rostro de infancia. Los colegios se han convertido en objetivo de este conflicto. Sin una educación, se enfrentan a un futuro muy incierto.
Debemos garantizar que los menores puedan continuar con su formación ya que ellos serán, el día de mañana, los responsables de reconstruir un país del que cada vez queda menos. Por eso desde Save the Children estamos pidendo a los líderes europeos, y en concreto al Gobierno de España, que ayuden a priorizar en un acuerdo negociado para el fin de la crisis de Siria.
Exigimos con urgencia el cese inmediato del uso de los asedios como táctica en el conflicto; corredores humanitarios continuos y seguros para que las agencias humanitarias distribuyan ayuda a la población necesitada; la libre circulación de la población civil; facilitar la evacuación de quienes necesiten tratamiento y el cese de los ataques a colegios, hospitales y otras infraestructuras civiles.
Priorizar un acuerdo negociado para el fin de la crisis de Siria es una de las 5 medidas del plan de acción que pedimos al Gobierno Español que defienda ante la UE para acabar con la crisis de refugiados. 

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